¿Qué quiero trasmitir cuando hablo de vida saludable? Hablando desde la psicología y la psiconeuroinmunología (Pni) podría incluir muchos conceptos interesantes que en muchas ocasiones brillan por su ausencia en esta sociedad moderna y en nuestras propias vidas. Me voy a centrar en varios aspectos interesantes: limitar estrés, comer alimentos saludables, realizar ejercicio bien prescrito, ser capaces de gestionar emociones, ser capaces de expresar necesidades, aprender a relajarnos y tener nuestras válvulas de escape. Vamos a analizar una a una estas recomendaciones y me gustaría que chequearas si están presentes en tu vida.
1.Hoy seguimos con gestión emocional
Las emociones básicas son: sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza e ira. Las diferentes clases de emociones no son ni buenas ni malas. Cumplen un papel muy importante, son para que te adaptes a diferentes circunstancias en tu vida.. Algunas de estas emociones han sido calificadas de “malas” o “negativas” pero no es así!. Han tenido mala prensa pero si las analizamos vemos que cumplen sus funciones. Si no sintieras miedo en diferentes ocasiones puede que pudieras perder la vida porque el miedo ayuda a reaccionar, luchar o huir, y a ser prudentes en otras ocasiones lo que puede ayudarte a seguir vivo. Sentir tristeza es normal! Son procesos que se dan en nuestra vida y acompañan a pérdidas, a momentos difíciles, duelos. La ira en ocasiones aflora de nuestro interior por diversas circunstancias y puede llegar a asustarnos pero es otra emoción más que vamos a experimentar. Sería irreal pensar que podemos vivir sin sentir miedo, ira o tristeza. Igualmente pensar que estamos aquí para vivir siempre felices es poco realista.
¿Entonces cuál es el problema?
El problema viene cuando sube mucho la intensidad y duración de las emociones “negativas”. Voy a darte dos ejemplos
Tristeza
Cuando un duelo por una pérdida, por ejemplo, de un ser querido, de un trabajo, de una pareja, no lo resuelves bien y la tristeza toma el mando en tu vida diaria durante mucho tiempo y con una intensidad grande entonces tenemos un problema. Puede que a nuestro organismo le falte nutrientes como hierro, vitaminas. A veces ocurren cambios en nuestra vida que no queremos asumir como enfermar y perder calidad de vida. Otros problemas fisiológicos pueden darnos sensación de tristeza que en realidad es un desajuste en nuestro organismo como hipotiroidismo, hígado graso, inflamación de bajo grado, sueño no reparador o intestino dañado. Estas son algunas de las razones por las que la tristeza se puede convertir en un problema.
Miedo
Puede que el miedo se apodere de ti y te impida realizar una vida normal porque es muy intenso y te paraliza, en realidad te perjudica porque no está señalando un peligro real que te amenace. Por qué puede pasar esto? Puede que tu sistema nervioso esté alterado por estrés crónico y te avise de peligro donde no lo hay alterándose cuando no toca. Puede que fisiológicamente tu sistema nervioso se altere sin que funcione bien el sistema de “freno” que es el sistema nervioso parasimpático. Puede que no duermas bien y no descanses para que tu sistema nervioso funcione correctamente. Además si has vivido tiempo situaciones que te han asustado desde joven y no has tenido herramientas para solucionarlas es probable que ya siempre reacciones con ese miedo al enfrentarte a diferentes vivencias. Puede que sustancias como el gluten lleguen a alterar tu sistema nervioso provocando ansiedad. También podemos añadir aquí pensamientos desajustados que no nos ayudan y nos ponen más tristes o más nerviosos. Es esto poco habitual? No, en realidad es bastante habitual y muchos de los pacientes que vienen a consulta lo hacen refiriendo estado depresivo o ansioso del cual no pueden salir.
Qué podemos hacer?
Un análisis de cada caso dará información de qué está pasando para que una emoción se convierta en un problema porque es demasiado intensa o dura demasiado tiempo. No hay una fórmula, hay tantas soluciones como personas. Debes ver si es tu caso, si estás demasiado tiempo con esa sensación de miedo o tristeza. Hay que ser realista, en según que casos el paciente mejora muchísimo y en otros logramos cierto equilibrio. Pero siempre podemos trabajar para conocer las emociones y poder saber como manejarlas. Ejemplo: Miedo: analizarlo desde la razón, es verdadero, estoy siendo realista? Pensamientos mal ajustados me están interfiriendo en mi valoración?. Luego de realizar el análisis hay que aprender a relajarme y enfrentarme con diferentes herramientas a ese miedo, poco a poco, hasta que un miedo enorme, oscuro y amenazador se convierte en manejable. Tristeza: si es un duelo pasar el duelo, hablar de ello, llorar, patalear, compartir el dolor, asumir la pérdida, aceptar la nueva situación. Si no es un duelo analizar qué ocurre, qué pienso/siento, buscar herramientas y soluciones. Ver parámetros fisiológicos para asegurarnos que nuestro cuerpo está sano y no hay ninguna patología que pueda estar afectando al estado de ánimo. Ira: analizar situación/sentimiento/conducta. Ver cómo hemos sido educados, analizar nuestras creencias. Asegurarnos que fisiológicamente no haya factores que nos afecten como abuso alcohol, drogas, falta de sueño, etc. Entreno en relajación, herramientas como “tiempo fuera”.
Espero que te haya gustado este post y que sea de provecho!!! Siguiente post: “Ser capaces de expresar necesidades”. foto:Photo by Tengyart on Unsplash
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